
Alto Palancia vive un debut triunfante en la mascletà de las Hogueras de Alicante con un doble terremoto kilométrico
Los de Altura, Castellón, detonan 118 kilos de pólvora en 5,37 minutos, poniendo a bailar a los corceles de Luceros por la potencia del disparo
Alto Palancia ha llegado, por fin, a la plaza de los Luceros de Alicante. Es una nueva pirotécnia con experiencia pese a su debut, ya que salen de las cenizas de Zarzoso. Los de castellonenses, de Altura, han desembarcado con ilusión y 118 kilos de pólvora en este cuarto disparo del concurso de las Hogueras con 5,37 minutos de disparo y 127 decibelios máximos.
La jornada de este sábado 21 de junio, ya día grande de las fiestas con las hogueras ya plantadas en su totalidad, ha puesto a reventar la plaza de los Luceros por sus cuatro costados, también en las alturas con balcones llenos. Todos los presentes esperaban al grito de las belleas del foc, acompañadas por las representantes de localidades, provincias y capitales hermanas.
«Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà», han lanzado y una traca valenciana ha dado paso a la primera retención de aéreos. Golpes de trueno y destellos para arrancar, que han ido 'in crescendo' en el primero de los tramos del disparo. Con serpentinas, han continuado creando palmeras de humo sobre la plaza.
Las roncadoras han aparecido también junto a los crackers, en otra nueva fase, contando con truenos que han ido marcando el ritmo de Alto Palancia. Un primer bombardeo ha proseguido con las retenciones, contando ya con silbatos y golpes en tierra, creando una conversación entre asfalto y aire.
Los pulpos que rodean la fuente de Bañuls han ido detonando ganando intensidad en el disparo, mientras el acompañamiento aéreo también ha sido protagonista. Este disparo 'de Altura' no ha sido baladí, sino que han creado una mascletà clásica y completa con buen ritmo.
De los artefactos detonados, resaltan, el 90% son de producción propia. Y estos salido del taller ha llegado a Alicante para crear una buena cortina de humo a pie de plaza a mitad de mascletà. Los petardos han ido ganando potencia y cantidad en tierra, mientras las carcasas continuaban silbando al aire.
Las retenciones han aumentad también la velocidad con secuencias rápidas que han provocado nuevos ritmos y estrofas, como si de una melodía se tratara. Estos se han mantenido en el entorno, frente a los corceles, quienes casi bailan al son de Alto Palancia. El retumbe ha generado expectación, a la vez que vibraciones en el asfalto.
Y, con ello, la gran sorpresa, un doble terremoto de un kilómetro, que ha durado, al estilo de los que gustan en Alicante. Muchos segundos y potencia, cargado y resonado en los tímpanos. Junto a un primer bombardeo, un golpe hermético en aire y un golpe final que ha provocado los gritos en el público. Como remate un digital con el que la plaza ha estallado.
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