El retraso del FLA golpea a los farmacéuticos de Alicante al incurrir el Consell en impagos: «Viviríamos ahogados aunque nos pagaran al día»
Sanidad garantiza que se abonará la mensualidad adeudada a partir de julio, pero la dependencia de la ayuda es tal que muchos boticarios temen no recuperarse
Las farmacias de Alicante afrontan una situación delicada después de que la Conselleria de Sanidad les haya comunicado que no podrá afrontar el pago mensual correspondiente al mes de junio. Esta compensación supone una gran parte de la facturación total de las boticas, y corresponde a todo el importe de los medicamentos que Sanidad financia a los usuarios, el conocido como copago farmacéutico. Teniendo en cuenta que más del 70 % de los productos que venden las farmacias son medicamentos, se puede entender el agujero que supone no contar con esta cuantía.
El pago en cuestión corresponde al mes de mayo, aunque, como el vencimiento de la factura es de 30 días, el importe se satisface a finales del mes siguiente. A efectos prácticos, eso hace que las farmacias afronten el final de cada mes con una deuda que asciende a 60 días.
La situación es especialmente comprometida para los establecimientos ubicados en zonas rurales. «Incluso si nos pagaran al día, viviríamos ahogados», explica Manuel Olivert, presidente de la Asociación de Farmacéuticos Rurales de la Provincia de Alicante (AFARPA). Olivert es boticario en el pequeño municipio de Benimassot, y su farmacia es una de las alrededor de 15 que en nuestra provincia entra en la categoría de VEC, es decir, de Viabilidad Económica Comprometida.
El vencimiento de la factura autonómica es de 30 días, por lo que a efectos prácticos, las farmacias afrontan el final de cada mes con un adeudo de dos mensualidades
Estas farmacias requieren de un mayor apoyo económico por parte de la Generalitat, el cual tampoco estaba exento de retrasos hasta hace poco. Cada botica debe acreditar anualmente a la Administración su condición VEC durante los primeros cinco meses del año, y no era hasta finalizado este plazo que las farmacias recibían el pago. Los colegios farmacéuticos de Alicante y Valencia se han comprometido a adelantar ese ingreso para sus profesionales, no así el de Castellón, por lo que este reciente impago supone un golpe especialmente duro para los boticarios al norte de la Comunitat.
Aunque la Generalitat ya ha asegurado que el abono de lo adeudado está garantizado a partir de julio, la dependencia del pago autonómico es tan grande que Olivert teme que muchas farmacias no puedan recuperarse. Supondría revivir lo ocurrido en 2011, cuando la Generalitat no pudo afrontar estos pagos durante medio año, acumulando una deuda de 550 millones que no se satisfacería completamente hasta principios de 2013. «Fueron muchos los que se arruinaron, y los que sobrevivieron tienen miedo a volver a pasar por lo mismo», asegura el presidente de AFARPA.
El momento del impago coincide también con el cambio de trimestre, en el que los farmacéuticos deben ponerse al día con sus obligaciones con Hacienda. En ese sentido, el colectivo ha pedido a la Administración que se pueda retrasar ese pago hasta que la Conselleria les abone lo adeudado.
¿De quién es la culpa?
Respecto a la responsabilidad por los impagos, Gobierno y Generalitat parecen pasarse la pelota. El conseller de Sanidad, Marciano Gómez, acusa al Ejecutivo central de no haber aprobado el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) por primera vez en 12 años, lo que va a impedir la llegada en julio a la Comunitat de 1.900 millones de euros. Esos fondos son utilizados por la Generalitat para pagar a proveedores de servicios públicos, entre ellos las farmacias.
No obstante, la ministra de Sanidad, Mónica García, cree que debe ser el conseller valenciano quien explique «por qué ha hecho un incumplimiento de pagos con las farmacias o por qué lo tiene previsto». La titular de Sanidad afirma que el desembolso a las comunidades autónomas en los últimos ocho años «ha sido de 300.000 millones más de lo que tenían con el anterior Gobierno» y ha destacado que las regiones cuentan ahora con una financiación «más amplia; luego ya cada uno lo que haga en su comunidad con el dinero...».
Ante este cruce de declaraciones, Olivert tiene claro que se trata de una «cuestión política, porque el dinero está, pero no llega por una falta de entendimiento entre administraciones». Al respecto de esta dependencia financiera de la Administración, el presidente de AFARPA lanza el siguiente mensaje: «No queremos que se nos vea como un servicio subvencionado o que requiere de ayudas para subsistir. Queremos que se nos pague para ayudar a la comunidad, ya que más allá de productos farmacéuticos, también actuamos como agentes de salud, colaborando en la detección de enfermedades o ayudando a combatir fenómenos como la soledad no deseada».
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